Antonio Gaudí es el máximo exponente del modernismo en nuestro país. Este estilo, El Modernismo, desarrollado en Europa en los últimos años del siglo XIX y principios del XX, supuso una ruptura con las formas de hacer del momento, el academicismo y el clasicismo artístico.
Durante el Modernismo se favoreció:
- La recuperación de las formas de trabajo tradicional: los talleres artesanos
- La integración en una misma obra de todas las artes
- La inspiración en la naturaleza y en los nuevos materiales y técnicas que introdujo la industrialización.
Ruskin y Morris fueron los teóricos de este movimiento revolucionario en Europa.
En el caso de Gaudí forma, función y decoración son indisociables, formando una única idea. Como se dice coloquialmente: “Gaudí no daba puntada sin hilo”. A través de materiales como el ladrillo, el vidrio, el hierro o la cerámica, consigue líneas curvas y ondulantes inspiradas en la naturaleza.
Enamorado del arte antiguo, del Arte Gótico y de su mar Mediterráneo, fueron el punto de partida de su obra. Su inspiración. La burguesía de Barcelona, con gran sensibilidad artística, quiso mostrar y exhibir su estatus a través de la nueva arquitectura modernista. Por eso, hoy en día, es la ciudad más Modernista de Europa. Es su seña de identidad.
Eusebio Güell y la floreciente burguesía catalana, fueron los mecenas de Gaudí. La misma, que, escandalizada por tanta creatividad e innovación, lo abandonó a su suerte durante sus últimos años de vida.
Doble mérito para Antoni Gaudi:
En el año 1984 se declararon Patrimonio Mundial el Parque Güell, el Palacio Güell y la Casa Milà, siendo, además, las primeras obras modernas representantes de las vanguardias artísticas del siglo XX en conseguir este reconocimiento.
En 2005 esta declaración inicial se amplió, para incluir los trabajos de la fachada de la Natividad y la cripta del Templo de la Sagrada Familia, la casa Batlló, la casa Vicens y la cripta de la colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló, uno de sus primeros proyectos que se caracteriza por su estilo neomudéjar.
Con la declaración de estos siete elementos, se pone de relieve el valor universal excepcional de la obra del genial arquitecto catalán y su contribución creativa, ingeniosa y única a Historia de la arquitectura.
¡Celebramos juntos los 40 años de esta declaración de la UNESCO!
